Una mirada práctica sobre cómo aplicar las metodologías WFN e ISO 14046/AWARE para tomar mejores decisiones, priorizar inversiones y fortalecer la gestión del agua en la minería .
En la gestión ambiental minera moderna, la medición de la huella de agua dejó de ser solo un ejercicio de inventario: hoy, es una herramienta clave para transformar datos en decisiones estratégicas. Utilizando metodologías como la Water Footprint Network (WFN) y la ISO 14046 junto con el modelo AWARE, las operaciones pueden identificar riesgos hídricos reales, priorizar inversiones (CAPEX/OPEX), y demostrar cumplimiento con estándares internacionales como GRI 303 e ICMM. Esto es especialmente relevante en las cuencas áridas del NOA y los Andes, donde cada metro cúbico de agua cuenta.
¿Qué es la huella de agua y por qué importa?
La huella de agua permite cuantificar cuánta agua se utiliza y cuál es el impacto de ese uso a lo largo del ciclo de vida de un producto, proceso u operación. Existen dos enfoques principales que, combinados, ofrecen una visión integral:
- WFN clasifica el uso en tres categorías:
- Agua azul: proveniente de fuentes superficiales o subterráneas.
- Agua verde: agua de lluvia almacenada en el suelo y utilizada por las plantas.
- Agua gris: volumen de agua necesario para diluir contaminantes y cumplir con los estándares de calidad.
Este enfoque es muy útil para entender la intensidad del consumo y comparar diferentes regiones o tecnologías.
- ISO 14046 añade un análisis de ciclo de vida e incorpora la calidad y el contexto local. Aquí es donde entra AWARE (Available Water Remaining), un factor que mide el potencial de que el consumo de agua en una determinada cuenca prive de ese recurso a otros usuarios, incluyendo personas y ecosistemas. Cuanto mayor es el valor AWARE, mayor es el impacto de cada m³ consumido en esa cuenca.
En síntesis:
- WFN nos dice cuánto y qué tipo de agua utilizamos.
- ISO 14046 + AWARE nos muestra qué impacto real tiene ese uso en cada cuenca, permitiendo comparaciones más justas y decisiones más informadas.
¿Por dónde empezar? Datos y pasos clave
Para aplicar correctamente estas metodologías, es fundamental contar con datos precisos y actualizados sobre consumos, extracciones, retornos y calidad de agua, todos georreferenciados y, de ser posible, mensualizados. También es importante registrar los datos por proceso (por ejemplo, relaves, enfriamiento, lixiviación, etc.) y mantener balances hídricos confiables (con desviaciones menores al ±10%).
Una vez que se dispone de estos datos, el proceso recomendado es el siguiente:
- Realizar un inventario base: Determinar el consumo de agua azul, verde y gris por proceso y por unidad de producto (por ejemplo, m³/tonelada).
- Asignar factores AWARE: Utilizar estos factores según la cuenca y el mes para traducir los consumos en “m³ equivalentes de escasez”, lo que permite entender el verdadero peso ambiental de cada uso.
- Analizar y priorizar: Identificar los puntos críticos o “hotspots” donde el consumo de agua tiene un mayor impacto (por ejemplo, pilas de lixiviación en zonas áridas o evaporación en relaves en la Puna).
- Definir KPIs y metas: Establecer indicadores claros como intensidad hídrica (m³/ton), m³-eq AWARE/ton, porcentaje de recirculación, cierre de balance y cargas contaminantes.
Aplicaciones prácticas en minería y agricultura
Minería
La gestión de la huella de agua en minería permite, por ejemplo:
- Optimizar el uso en relaves y enfriamiento: Migrar a relaves espesados o filtrados reduce drásticamente el consumo azul y, en consecuencia, el impacto ambiental, especialmente en zonas con valores AWARE altos como la Puna de Salta o el norte de Chile.
- Priorizar inversiones: No todos los sitios tienen el mismo riesgo hídrico. Dos plantas con igual consumo pueden generar impactos ambientales muy diferentes según la cuenca. Utilizar AWARE permite asignar el CAPEX allí donde el ahorro de agua generará el mayor beneficio ambiental y social.
- Mejorar la licencia social y el cumplimiento: Reportar bajo GRI 303 y adoptar guías ICMM no solo fortalece la transparencia, sino que prepara a la organización para auditorías externas y diálogo con comunidades.
Ejemplo regional:
En operaciones de litio en salares andinos, la recirculación de agua y la gestión eficiente de las pozas de evaporación pueden marcar la diferencia entre una operación sostenible y una en conflicto con usuarios aguas abajo.
Agricultura
El enfoque dual también se aplica a proveedores agrícolas o proyectos de compensación hídrica:
- WFN ayuda a entender la proporción de agua verde y azul, y permite comparar cultivos o prácticas de manejo de suelos.
- ISO 14046/AWARE da contexto a esas cifras, mostrando si el uso de agua para riego compite con otros usuarios o afecta ecosistemas críticos, como ocurre en muchos valles de Cuyo y el NOA.
¿Qué KPIs conviene reportar?
Algunos indicadores clave para el tablero de control ambiental:
- Intensidad hídrica: m³ de agua consumida por tonelada producida.
- Impacto hídrico: m³-equivalente AWARE por tonelada.
- Porcentaje de recirculación: cuánto del agua total se reutiliza en el proceso.
- Cierre de balance hídrico: diferencia máxima aceptada entre entradas y salidas (idealmente ≤10%).
- Cargas contaminantes: toneladas/año de TDS, metales, nitratos, etc.
Estos KPIs, medidos y reportados periódicamente, permiten tomar decisiones basadas en datos y priorizar intervenciones donde realmente agregan valor.
Hoja de ruta: cómo implementar en 6 meses
- Diagnóstico inicial: Relevar y organizar los datos hídricos existentes, incluyendo calidad y volumetría, por proceso y cuenca.
- Cálculo WFN y screening de riesgo: Estimar la huella de agua azul, verde y gris; identificar puntos críticos usando Aqueduct y factores AWARE.
- Cálculo de impacto: Aplicar ISO 14046 y AWARE para cuantificar el impacto real y priorizar inversiones.
- Definir y consensuar KPIs: Acordar con las áreas operativas los indicadores clave y establecer metas concretas.
- Implementación de mejoras: Lanzar acciones de rápida ejecución (sellado de fugas, mejoras en recirculación, upgrades de equipos).
- Reporte y auditoría: Estandarizar reportes bajo GRI 303/ICMM y publicarlos para stakeholders internos y externos.
Evitar errores frecuentes
- Reportar solo volúmenes sin contexto de cuenca o época del año.
- Confundir extracción con consumo: siempre separar lo que se retorna a la cuenca.
- No distinguir agua verde y azul en agricultura, sobrestimando la presión sobre el recurso.
- Basar decisiones en balances sin trazabilidad ni calibración adecuada.
Medir la huella de agua bajo metodologías internacionales no es un fin en sí mismo, sino el punto de partida para una gestión más inteligente, eficiente y transparente. En entornos áridos y competitivos como el NOA y los Andes, aplicar un enfoque dual WFN + ISO 14046/AWARE permite proteger el negocio, el ambiente y la reputación corporativa, alineando la gestión hídrica con los estándares más exigentes del sector minero global.
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