La minería moderna enfrenta un desafío crucial: gestionar de manera responsable los residuos generados durante todo el ciclo de vida de un proyecto.
En Argentina, aunque la normativa aborda de forma general el manejo de residuos, no existía una regulación específica para los residuos mineros hasta la aprobación de la Resolución 181/2023 de la Secretaría de Minería de la Nación, que oficializó los Lineamientos Generales para la Gestión Racional de Residuos Mineros durante todo el ciclo de vida de una mina.
Este documento establece una hoja de ruta clara para:
✅ Prevenir y reducir la generación de residuos desde el diseño del proyecto.
✅ Implementar economía circular, reprocesando y valorizando materiales.
✅ Garantizar la estabilidad física, química y ambiental de las instalaciones de residuos.
✅ Cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
¿Qué son los residuos mineros y por qué requieren una gestión especial?
Los residuos mineros incluyen estériles, colas, relaves, escorias, pilas de lixiviación agotadas y otros subproductos sólidos o semisólidos derivados de las etapas de exploración, explotación y beneficio de minerales. Se diferencian de los residuos industriales comunes por su volumen masivo, diversidad de composición y ubicación en zonas remotas, lo que hace inviable aplicar los marcos jurídicos tradicionales.
Su gestión inadecuada puede generar impactos ambientales significativos, como drenaje ácido, lixiviación de metales, afectación de aguas superficiales y subterráneas, y pérdida de estabilidad geotécnica.
Principios para la gestión racional de residuos mineros
El documento aprobado por la Resolución 181/2023 propone un marco basado en principios internacionales y mejores prácticas:
- Precautorio: actuar incluso ante la ausencia de certeza científica para prevenir daños graves.
- Equidad intergeneracional: proteger el ambiente para las generaciones presentes y futuras.
- Reducción en la fuente: minimizar la generación y peligrosidad de los residuos desde el diseño del proyecto.
- Proximidad: tratar o disponer los residuos lo más cerca posible del lugar de generación.
Economía circular en minería: de pasivo a recurso
Incorporar la economía circular (EC) en la gestión de residuos mineros implica recuperar, reciclar y valorizar materiales que, tradicionalmente, se consideraban desechos. Ejemplos de aplicación incluyen:
- Reprocesamiento de relaves para extraer metales remanentes.
- Uso de estériles como material de relleno en excavaciones.
- Aprovechamiento de escorias en la industria cementera.
Este enfoque no solo reduce el impacto ambiental, sino que también genera valor económico y contribuye al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030.
Instalaciones de residuos mineros
Según sus características, los residuos se almacenan temporal o definitivamente en instalaciones específicas, tales como:
- Escombreras: para estériles y descartes sólidos.
- Diques de colas: para pulpas y lodos de procesos de concentración.
- Pilas de lixiviación agotadas: material procesado por lixiviación.
- Escoriales: residuos de procesos metalúrgicos.
Cada instalación debe diseñarse con criterios de seguridad física, química y ambiental, incorporando un plan de cierre que garantice estabilidad a largo plazo.
Plan de Gestión de Residuos Mineros: una herramienta estratégica
Todo emprendimiento minero debe contar con un Plan de Gestión de Residuos Mineros que incluya:
- Prevención y reducción de generación de residuos.
- Valorización mediante reprocesamiento o uso en otros procesos.
- Eliminación segura a corto y largo plazo.
- Sistemas de monitoreo y control post-cierre.
- Medidas de emergencia (PADE) ante accidentes graves.
Este plan debe integrarse desde la fase de diseño del proyecto, asegurando que las medidas sean técnica, económica y ambientalmente viables.
Hacia una normativa nacional unificada
Con la aprobación de la Resolución 181/2023, Argentina da un paso fundamental hacia la armonización normativa en materia de residuos mineros, ofreciendo una base para que las provincias adopten criterios homogéneos. Esta medida se alinea con buenas prácticas internacionales adoptadas por países como Chile, Perú, España y Brasil, así como con las directrices de la Unión Europea.
Implementar la gestión racional de residuos mineros no solo es una obligación ambiental, sino también una oportunidad para posicionar a la minería argentina como líder en sostenibilidad y economía circular.
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