Los reportes de sostenibilidad se han convertido en una herramienta clave para las empresas que buscan generar confianza, atraer inversión responsable y gestionar sus impactos con transparencia. En este contexto, los marcos GRI (Global Reporting Initiative) y SASB (Sustainability Accounting Standards Board) son dos de los estándares más reconocidos a nivel global.
Mientras GRI se enfoca en los impactos de la organización sobre la economía, el ambiente y las personas, SASB prioriza la información financiera relevante para los inversionistas. Integrar ambos enfoques en un solo reporte requiere estrategia, metodología y compromiso organizacional. A continuación, te compartimos las mejores prácticas para asegurar calidad, precisión y credibilidad.
- Diseñar una gobernanza sólida para el proceso
Crear un equipo multidisciplinario con representantes de sostenibilidad, finanzas, legal, riesgos y operaciones. Asignar roles claros, un cronograma definido y supervisión desde la alta dirección garantiza alineación interna y eficacia en el proceso.
- Aplicar el principio de doble materialidad
Una buena práctica es realizar un análisis integrado de materialidad:
- GRI → impactos hacia la sociedad y el ambiente.
- SASB → impactos financieros que afectan el valor empresarial.
Este enfoque mixto permite priorizar temas que importan tanto a la sociedad como a los accionistas.
- Asegurar datos de calidad y trazables
Utilizar plataformas digitales o sistemas ERP para recopilar y consolidar indicadores ESG. Validar internamente y, si es posible, contar con verificación externa para fortalecer la credibilidad ante stakeholders.
- Desarrollar una narrativa honesta y estratégica
Evitar el greenwashing. Es importante comunicar no solo los logros, sino también los desafíos, con metas claras y métricas verificables. La narrativa debe conectar la sostenibilidad con la estrategia del negocio.
- Mantener consistencia y comparabilidad
Aplicar las mismas metodologías e indicadores en cada período reportado. Cuando haya cambios (en los límites, metodologías o coberturas), deben explicarse de forma transparente.
- Integrar riesgos ESG y estrategia corporativa
Los temas materiales deben conectarse con la planificación estratégica, el análisis de riesgos y el modelo de negocio. Esto demuestra cómo la sostenibilidad se incorpora en la toma de decisiones.
- Construir una matriz GRI–SASB para evitar duplicidades
Una tabla de referencia cruzada entre los indicadores GRI y los disclosure topics de SASB permite una presentación eficiente y clara, adaptada a diversas audiencias.
- Diseñar un reporte accesible y digital
Optar por versiones interactivas, con índices dinámicos e hipervínculos que faciliten la navegación. Esto mejora la experiencia del lector y permite búsquedas temáticas por stakeholder.
- Incluir el involucramiento de stakeholders
Documentar el proceso de consulta y reflejar cómo se incorporaron las percepciones y expectativas en el análisis de materialidad. Esto fortalece la legitimidad del reporte.
- Considerar aseguramiento externo
Contar con una revisión por un tercero independiente aumenta la credibilidad y ayuda a identificar oportunidades de mejora para futuras ediciones del informe.
Conclusión
Un reporte de sostenibilidad de alta calidad no solo cumple con estándares internacionales, sino que también se convierte en una herramienta estratégica de comunicación y gestión. Integrar GRI y SASB de forma coherente permite responder a una gama más amplia de expectativas: desde reguladores hasta inversores y comunidades.
En ESG Consulting acompañamos a empresas en el diseño, revisión y aseguramiento de sus reportes ESG bajo múltiples marcos. Si tu organización quiere avanzar hacia una sostenibilidad creíble y estratégica, estamos para ayudarte.
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